viernes, 11 de diciembre de 2009

Un mundo en el que tienes que ser perfecto. Un mundo en el que la más mínima tilde tiene que ser recriminada. Un mundo donde no puedes cometer ningún error. Un mundo donde con el más pequeño desliz que cometen tus cuerdas vocales provocas una catástrofe. Un mundo en el que la hipocresía reina a sus anchas. Un mundo donde la fantasía que emana tu mente tiene que ser mutilada. Un mundo donde los sueños siempre se acaban convirtiendo en terribles pesadillas. Un mundo donde tu imaginación no puede volar como cualquier plumífero. Donde no existen las alas, ni las aventuras oceánicas, ni las montañas de golosinas, ni los viajes en globo por el himalaya, ni los autobuses con destino a neptuno, ni las piruletas de 356 sabores, ni las bicicletas rojas con propulsión, ni los osos de peluche que te cuentan mil historias, ni la pastilla de metamorfosis a delfín, ni los duendes escondidos entre los bosques encantados, ni las lluvias de confeti, ni los algodones de azúcar de dos hectáreas, ni los besos bajo la lluvia, ni los misterios que esconden gárgolas despetrificadas, ni las risas con sabor a chicle, ni los saltos vertiginosos, ni...

Un mundo, el mundo en el que vivo. Un mundo, nuestro mundo.

1 comentario:

  1. tal vez si utilizas la imaginación puedes llegar a ese mundo, el que te puede llevar a una maravillosa realidad.

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